Alfred Jarry
Los Minutos de Arena Memorial
- 1894 -
LA REGULARIDAD DE LA URNA
II
Presos
en el agua serena de granito gris
navegamos sobre la laguna doliente.
Nuestra góndola y sus luces de oro
lenta
duerme.
Dosel
de un cielo de ceniza finlandesa
adonde van a perderse lejos de las lúgubres orillas
aún no oscurecidas, pálidos fanales
nuestros
cirios.
Nave
cuya proa cae netamente a pique,
abate tus mástiles, tus velas, oscuras tramas;
deslízate sobre las olas marchitables
sin
remos.
Después
en el aire frío como el fondo de un pozo
el órgano nos arrullará con la guata de su fanfarria.
La vidriera, escudo, nos mostrará
su
faro.
Claro,
el vuelo de un alma flota en el aire:
cuerpos aéreos transparentes, blancas túnicas,
inquietantes miradas arrojadas
por las
esfinges.
Y
acribillándolo con un juego de tejo,
finos discos, brillad en el tejado gris de los limbos
lúgubres y de recuerdos difuntos,
azules
nimbos.
La
góndola espectro que hala
la muerte bajo los puentes de piedra en ojiva
iluminando su borda bordada
de-
riva.
Puestos
todos de pie en el fondo, dormidos,
elevamos nuestros ojos muertos a los arquitrabes
desde donde las campanas nos vierten sus
llantos
graves.
CANGREJO CORIFEO EN EL ACUARIUM
SUPERIOR
La voluta
De los encadenamientos
Se exhala como humo y huye lejos de los siete agujeros de mi flauta.
Oro rizado de los ocelados búhos, naciones
De las solitarias salsas meditando sobre los troncos
De los olmos deformes y el cobre lunar de las piedras,
En mi aliento formáis los címbalos de vuestros párpados
Y las baquetas para los dedos de la noche con el oro de vuestros ojos de bocachas.
Duplicada
En el horizonte la visión confusa
De las flexibles cortinas dan salida a las alas de los búhos.
Címbalos
Para los agujeros o los clavos de los dedos de gloria,
Las bocachas de sus ojos sobre nosotros
En el oro ocelado de su cabeza de copón.
Ocelará el búho
Su cornamusa
Con los abanicos de lágrimas doradas de su cuello.
La sueca guata en sus dedos lucha y cierra
Los poliedros de las órbitas de mi flauta.
La voluta
Del cuello del búho
Tamiza
El enjambre
Con la criba de las centellas
De los ojos nictálopes de sus alas
Torpes y ruidosas de desgraciados asesinos.
Ocelará el búho
Su cornamusa
Con los abanicos de lágrimas doradas de su cuello.
Ocelará el búho
Su cornamusa
Con las volutas
De los poliedros de las órbitas de mi flauta.
César-Anticristo
-1895-
RUIDO SUBTERRÁNEO
Magullando las glotis y las laringes de la quijada sin palacio
Rápido imprime el impresor.
Los cequíes tiemblan en los ejes de las ruedas del molino de viento,
Las hojas van a lo largo de los provocadores al viento.
La quijada del cráneo sin cerebro digiere el cerebro extranjero
El domingo sobre un túmulo al son de los pífanos y los tamboriles,
O los días extraordinarios en los sótanos de los palacios sin fin.
Desplegando y explicando, descerebrador,
Rápido imprime, imprime, el impresor.
Gestos y Opiniones del Doctor Faustroll, Patafísico
-1898-
DEL PEQUEÑO NÚMERO DE ELEGIDOS
A través del espacio laminado de los veintisiete pares,
Faustroll evocó hacia la tercera dimensión:
De Baudelaire, el Silencio de Edgar Poe, al tener la precaución de retraducir al griego la traducción de Baudelaire.
De Bergerac, el árbol precioso en el que se metamorfearon, en el país del sol, el rey ruiseñor y sus asuntos.
De Lucas, el calumniador que lleve a Cristo hacia un lugar elevado.
De Bloy, los negros cerdos de la Muerte, cortejo de la Novia.
De Coleridge, la ballesta del viejo marino y el esqueleto flotantes del barco, que, depositado en el as, fue criba sobre criba.
De Darien, las coronas de diamantes de las perforadoras del San Gotardo.
De Desbordes-Valmore, el pato que depositó el leñador a los pies de los niños y los cincuenta y tres árboles marcados en la cabeza.
De Elskamp, las liebres que, corriendo sobre las sábanas, se convirtieron en manos redondas y llevaron el universo esférico como un fruto.
De Florian, el billete de lotería de Scapin.
De las Mil y una Noches, el ojo saltado por la cola del caballo volador del tercer Kalender, hijo del rey.
De Grabbe, los trece compañeros sastres que mató, al alba, el barón Tual por orden del caballero de la orden pontifical del Mérito Civil y la servilleta que se anudó previamente alrededor del cuello.
De Kahn, uno de los sellos de oro de las celestes orfebrerías.
De Lautréamont, el escarabajo, hermoso como el temblor de las manos en el alcoholismo, que desaparecía en el horizonte.
De Maeterlinck, las luces que oyó la primera hermana ciega.
De Mallarmé, el virgen, el vivaz y el hermoso hoy.
De Mendès, el viento del norte que, soplando sobre el verde mar, mezclaba a su sal el sudor del galeote que remó hasta los ciento veinte años.
De la Odisea, la marcha alegre del irreprochable hijo de Peleas por la pradera de asfodelos.
De Péladan, el reflejo, en el espejo del escudo estañado por la ceniza de los antepasados, de la sacrílega matanza de los siete planetas.
De Rabelais, los cascabeles con los que danzaron los diablos durante la tempestad.
De Rachilde, Cleopatra.
De Régnier, la llanura ahumada en donde el centauro moderno estornudó.
De Rimbaud, los carámbanos arrojados por el viento de Dios a los charcos.
De Schwob, los animales escamosos que imitaba la blancura de las manos del leproso.
De Ubu Rey, la quinta letra de la primera palabra del primer acto.
De Verhaeren, la cruz hecha por la pala en las cuatro fuentes de los horizontes.
De Verlaine, las voces asíntotas a la muerte.
De Verne, las dos leguas y media de corteza terrestre.
Sin embargo, René-Isidore Panmuphle, alguacil, comenzaba a leer el manuscrito de Faustroll en medio de una oscuridad profunda, evocando la tinta trasparente de sulfato de quinina para los invisibles rayos infrarrojos de un espectro encerrado en cuanto a sus otros colores en una caja opaca; hasta que fue interrumpido por la prensentación del tercer viajero.
LA LANGOSTA Y LA LATA DE CORNED-BEEF QUE LLEVABA EL DOCTOR FAUSTROLL EN BANDOLERA
FÁBULA
A A.-F. Hérod.
Una lata de corned-beef, colgada como unos gemelos,
Vio pasar a una langosta que se le parecía fraternalmente.
Iba ésta acorazada de un duro caparazón
Sobre el cual estaba escrito que el interior, como la lata, carecía de espinas,
(Boneless and economical);
Y bajo la cola replegada
Probablemente ocultaba una llave para abrirla.
Enamorado de repente, el corned-beef sedentario
Declaró a la pequeña lata de conserva viva automóvil
Que si consentía en aclimatarse
Cerca de él, en los terrestres escaparates,
Sería condecorada con muchas medallas de oro.
Ubu en la Colina
-1906-
FRANCIA REÚNE PARA NOSOTROS TODOS LOS ATRACTIVOS
Francia reúne para nosotros todos los atractivos:
Hace calor en verano, en invierno hace fresco,
Las instituciones están expuestas en escaparates:
Se prohíbe tocar al clero, a la marina,
Al centro inmaculado de los guardianes de la paz,
A la penosa tarea de los burócratas ocupados.
La experiencia de mi garrote hace que me decida
A creer que en efecto todo esto no es tan sólido
Y que no sabríamos demasiado poner entre algodones
A las finanzas, a la magistratura y al ejército,
Frágiles bibelots que hacen polvo mi bastón.
La edad de oro aún brilla, más dorada que natural:
Un perspicaz sufragio nombra a los diputados
Cuyos programas son en todo momento ejecutados;
Y como si el Padre Ubu lo hubiera construido
El carro del estado tiene el mismo sistema.
Francia es el país de las letras y de las artes:
El número de éstas se eleva hasta «cuatro»:
También se llama el país de las 4 – z Artes,
Un antiguo cabaret muy célebre en Montmartre.