domingo, 21 de septiembre de 2008

poemas

Los semáforos me dan su luz verde

los transeúntes todos me saludan

los pájaros forman ronda sobre

nuestro cuadrante dan vueltas

y nos impulsan

el mundo revela su fuente de luz

y la noche duerme enamorada

yo no me detengo en nuestra marcha

sin prisa sin pausa

los peces transportan el arroyo

los gallos levantan a la mañana

yo te amo

tú me amas.




* * *




Rompen las campanas

de la pequeña iglesia de oblea dulce.

Son las 3.30 p.m.

Las grises diagonales cumplen fielmente

su función pulmonar.

Para el mundo un miércoles es sólo

un miércoles.

En la fuente vacía se bañan

los niños pobres recordando algún sueño

difuso de verano

y los niños ricos pasan tristes

sentados en el asiento de atrás

desesperados. Comprenden que en algún punto

son menos libres.

Cuidado

yo nunca dije que no te estaba esperando

eso sí,

ya nunca te haré esperar.

Un policía de tránsito extorsiona

a un cartonero con una mano

y con la otra

saluda al doctor que pasea en su flamante Vectra.

¿Quién es el menos libre ahora?

Ay! este mundo donde ya no caben ni las palomas.

Y para colmo de males mi barba crece

por abrazarte. No la detendré. Tiene

las mismas razones que yo.

El sol se vuelve un estado de sitio

mientras las horas pasan como pájaros.

Rompen las campanas su media hora.

Mi oh! ser se agita sutilmente:

Eres tú.

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