Los semáforos me dan su luz verde
los transeúntes todos me saludan
los pájaros forman ronda sobre
nuestro cuadrante dan vueltas
y nos impulsan
el mundo revela su fuente de luz
y la noche duerme enamorada
yo no me detengo en nuestra marcha
sin prisa sin pausa
los peces transportan el arroyo
los gallos levantan a la mañana
yo te amo
tú me amas.
* * *
Rompen las campanas
de la pequeña iglesia de oblea dulce.
Son las 3.30 p.m.
Las grises diagonales cumplen fielmente
su función pulmonar.
Para el mundo un miércoles es sólo
un miércoles.
En la fuente vacía se bañan
los niños pobres recordando algún sueño
difuso de verano
y los niños ricos pasan tristes
sentados en el asiento de atrás
desesperados. Comprenden que en algún punto
son menos libres.
Cuidado
yo nunca dije que no te estaba esperando
eso sí,
ya nunca te haré esperar.
Un policía de tránsito extorsiona
a un cartonero con una mano
y con la otra
saluda al doctor que pasea en su flamante Vectra.
¿Quién es el menos libre ahora?
Ay! este mundo donde ya no caben ni las palomas.
Y para colmo de males mi barba crece
por abrazarte. No la detendré. Tiene
las mismas razones que yo.
El sol se vuelve un estado de sitio
mientras las horas pasan como pájaros.
Rompen las campanas su media hora.
Mi oh! ser se agita sutilmente:
Eres tú.
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